Preocupado, viendo el cariz de lo que ocurre en España, se preguntaba el abuelo, patriota y cristiano, sobre el futuro que aguardaría a sus nietos: “ ¿ qué será de ellos “ ; “ ¿ cuál el modelo de sociedad y los valores predominantes que habrá ? “. Y así, uno tras otro, le surgían diversos interrogantes que, con razón, le inquietaban, ya que era consciente de los ataques a la unidad de su amada Patria, así como a los valores y a los rectos principios que le fueron inculcados desde la niñez.
En esas cavilaciones andaba cuando se cruzó con un viejo amigo, a quien se las transmitió. Éste, sin ánimo de perturbarle más, le confesó: “ aunque el futuro es impredecible con seguridad, hay bastantes probabilidades de una mayor inestabilidad política, social, económica y laboral; incluso del desmoronamiento constitucional y, aunque remota, la posible desintegración de la unidad nacional. No descartes tampoco que aquí se expanda más el Islam, ocupe zonas de poder y lo que ello conllevaría. Como todo eso no está en tus manos el evitarlo, al menos que tus nietos sigan el ejemplo tuyo y el de sus padres, que sean buenas personas y no desfallezcan ante las adversidades, sino que éstas sirvan para reforzar la enseñanzas que les dais.”
Cada uno de los dos, tras despedirse y pensativos, siguieron su camino. El peso de la incertidumbre les hizo andar con la cabeza y la espalda agachadas; pero nunca doblarán la rodilla.
Sabios consejos para una vida digna, que sirven para todo el mundo y ante cualquier situación.
ResponderEliminarMe consta que esa honda preocupación aflige a muchos abuelos, que tras penosa superación o no de la reciente crisis económica, ayudando a los hijos necesitados, ven ahora un horizonte tormentoso y unas fuerzas cada vez más mermadas por la edad.
ResponderEliminar