El “ black friday “, como tantas otras campañas de rebajas, es un reclamo para las compras, que muchas veces son innecesarias y de descuentos ficticios. La publicidad que se da a ello impulsa en muchos casos la compra compulsiva, sin reparar si se precisa lo que se adquiere, convirtiéndose frecuentemente en comprar por comprar.
Los dispendios superfluos podrían tener, aun parcialmente, otro destino: la ayuda a los más necesitados. Pero demasiadas veces se pasa de éstos y ni siquiera se les mira a los ojos, posiblemente para eludir remordimientos de conciencia, incurriendo en lo que se llama aporofobia (miedo o rechazo hacia la pobreza y hacia las personas sin recursos). Pese a tal actitud, la precariedad extrema no sólo existe en muchos países más o menos alejados, sino que podemos encontrarla en nuestro entorno más próximo y con frecuencia a la vuelta de la esquina.
Reflexionar sobre ello es una invitación a la austeridad digna, sin prestarnos al consumismo desaforado, y a socorrer dentro de nuestras posibilidades a los más menesterosos. El desprendimiento generoso es una virtud. La aporofobia envilece. Ponernos en el lugar de los más necesitados ayuda a la práctica de la caridad. Es cuestión de dar el primer paso para dignificarnos mitigando las penurias ajenas, sin esperar otra recompensa que la satisfacción interna por el bien obrar.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
sábado, 24 de noviembre de 2018
DEL “ BLACK FRIDAY “ Y LA APOROFOBIA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario