Hoy, jornada de reflexión en Cataluña, han 
enmudecido las palabras y los discursos, aunque se encontrarán subterfugios para 
colocar los últimos mensajes, especialmente en las redes, con el fin de captar 
votantes. El resultado de las elecciones de mañana, si no se suspenden antes, 
está en el aire, aunque no es aventurado decir que no será bueno para España, ni 
para los catalanes sometidos al yugo separatista. Los partidos del centro y la 
derecha, que invocan el bien de la Patria, andan a la gresca entre ellos, en vez 
de haber formado una candidatura conjunta, que sirviera para posibilitar el 
arduo camino de cambio que Cataluña precisa. Los secesionistas y comunes tienen 
también sus rivalidades, si bien, en el momento de la verdad, de no haber otro 
remedio, unirán sus fuerzas para continuar su carrera hacia la deseada y alocada 
independencia. En cuanto a los socialistas “ sanchistas, harán lo que marque su 
líder máximo desde la Moncloa, teledirigiendo a Illa.
Por nuestra parte, en vez de seguir la cobertura 
informativa electoral, trataremos de encontrar películas que nos mantengan 
distraídos, evitando las de suspense e intriga, para no caer en la tensión 
angustiosa e incertidumbres que éstas causan en el espectador. Ojalá que el 
resultado electoral no sea de más terror.
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