domingo, 21 de febrero de 2021

LA CUARESMA

 La Cuaresma invita a la conversión, entendida como el reencuentro vivo con Dios mediante la oración, la penitencia y la práctica de la caridad. Requiere una reflexión interna para reconocer nuestros fallos humanos, arrepentirnos de ellos y hacer propósitos sinceros de enmienda. Aunque recaigamos en las faltas y sucumbamos a las tentaciones, pesa más el amor infinito del Padre hacia sus hijos, siempre dispuesto al perdón. Tan inmenso es su amor, que nos envió a Jesús, encarnado en María virginal, para cargar con nuestras culpas en el sacrificio de la Cruz.

 
Es también un tiempo para la Esperanza, pues “  Si morimos con Él, resucitaremos con Él “. Jesucristo resucitó de entre los muertos y ascendió a los cielos, para sentarse a la diestra de Dios Padre. ¡ Misterio grande el de la Santísima Trinidad !- Padre, Hijo y Espíritu Santo-, tres personas distintas con una sola naturaleza divina. El Espíritu es el que nos inspira, guía e insufla la fortaleza, para levantarnos tras cada caída y reemprender el camino al encuentro de Jesús.
 
Durante el trayecto de la vida nos acecharán las tentaciones, pero deberíamos tener la fuerza, implorar el auxilio divino y la intercesión de María para rechazarlas. Procuremos seguir el ejemplo de Jesús, que no sucumbió a las tentaciones del diablo.
 
Vivamos la Cuaresma con alegría espiritual, pese a las aflicciones que sufrimos y como una oportunidad de mejora personal.

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