miércoles, 10 de febrero de 2021

PABLO IGLESIAS : ANORMALIDAD Y RÉMORA

  

 
 
 
 
 
Que Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, haya dicho que“ No hay situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan en Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas ”, revela, aunque ya se sabía, su catadura infame político-moral y antipatriótica. El que está en prisión, refiriéndose a Oriol Junqueras, que ahora goza de la libertad prevista para el tercer grado penitenciario, y que anda dando mítines electorales, fue condenado por sedición, beneficio que también le ha sido concedido a los restantes condenados por el mismo delito. El  que está en Bruselas, Carles Puigdemont, es un fugitivo de la Justica española, que huyó para evitar ser detenido por igual motivo.
 
Si Iglesias hubiera afirmado el supuesto déficit democrático siendo un simple particular, no hubiera extrañado, ya que sus desvaíros populistas-comunistas son consustanciales a él desde edad muy temprana. Pero que lo haya hecho, ocupando un sillón mullido y generosamente remunerado en el Gobierno de España, evidencia, una vez más, su absoluta falta de lealtad institucional y no saber, ni querer, estar a la altura de su cargo.
 
 
Sus querencias, nunca disimuladas, están con los secesionistas y filo-etarras, así como con Venezuela, Cuba y demás países hispanos que siguen la estela Bolivariana, así como con otros en los que la democracia brilla por su ausencia. Él, al igual que aquellos por los que tiene querencia, sí que son una anormalidad política y una rémora para la democracia.
 
Su obligación, como miembro destacado del Ejecutivo, es defender nuestro sistema democrático, reconocido por el prestigioso  “ The Economist “ como uno de los 23 del mundo en los que la democracia es plena, por encima de muchos países como Estados Unidos, Italia, Portugal y Francia, y no tirar piedras sobre el tejado que le cobija. Y en aquello que se precise perfeccionarla más- el mismo medio estima que España ha caído 6 puestos con respecto a 2019 –, contribuir a ello conforme a los cauces legales establecidos. Pero esto es como pedir peras al olmo. Iglesias está por la labor contraria; sus deseos son cuando peor, mejor. Mas ahí sigue, sin ser cesado, lo cual también es grave, máxime cuando algunos ministros andan a la gresca con él y disienten de sus planteamientos y maquinaciones viles.

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