Paralelamente ha surgido la polémica acerca de la vacunación, sobre si debe prevalecer la libertad individual de elección sobre la obligación de hacerlo y viceversa. Ante este dilema debería primar la salud pública, habida cuenta que, pese a excepcionales reacciones adversas, son muchísimas más las ventajas para el individuo y la población que los anecdóticos inconvenientes. En cualquier caso, conviene seguir las expertas indicaciones médicas, que son las que disciernen sobre cada situación e historial sanitario-personal y, en base a ello, las posibles y escasas excepciones a tener en cuenta. Todo lo demás que se diga sobre esta cuestión son opiniones profanas, basadas en prejuicios, recelos o miedos sin fundamento. Lo que hace falta es que se agilice la vacunación y haya las dosis suficientes y más personal capacitado para inyectarlas.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
jueves, 25 de febrero de 2021
VACUNACIÓN
Hay quienes, sin ninguna base científica, optan
por no vacunarse o tienen sus dudas al respecto, desoyendo las recomendaciones
médicas o poniéndolas en tela de juicio. La
decisión de acudir o no, por ejemplo, al oftalmólogo y al odontólogo, es
personal, no afectando al resto de la gente; pero el hecho de no vacunarse en
episodios pandémicos, cuando se dan facilidades
para ello, incide peligrosamente en la salud pública por la rapidez y extensión
del contagio. Hay criterios diferentes sobre qué grupos de personas deben ser
prioritarios en razón de la edad, profesión y riesgo de contagiarse y contagiar,
más la conveniencia de la vacunación es innegable.
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