jueves, 25 de febrero de 2021

VACUNACIÓN

 
Hay quienes, sin ninguna base científica, optan por no vacunarse o tienen sus dudas al respecto, desoyendo las recomendaciones médicas o poniéndolas en tela de juicio. La decisión de acudir o no, por ejemplo, al oftalmólogo y al odontólogo, es personal, no afectando al resto de la gente; pero el hecho de no vacunarse en episodios pandémicos, cuando se dan facilidades para ello, incide peligrosamente en la salud pública por la rapidez y extensión del contagio. Hay criterios diferentes sobre qué grupos de personas deben ser prioritarios en razón de la edad, profesión y riesgo de contagiarse y contagiar, más la conveniencia de la vacunación es innegable.
 

Paralelamente ha surgido la polémica acerca de la vacunación, sobre si debe prevalecer la libertad individual de elección sobre la obligación de hacerlo y viceversa. Ante este dilema debería primar la salud pública, habida cuenta que, pese a excepcionales reacciones adversas, son muchísimas más las ventajas para el individuo y la población que los anecdóticos inconvenientes. En cualquier caso, conviene seguir las expertas indicaciones médicas, que son las que disciernen sobre cada situación e historial sanitario-personal y, en base a ello, las posibles y escasas excepciones a tener en cuenta. Todo lo demás que se diga sobre esta cuestión son opiniones profanas, basadas en prejuicios, recelos o miedos sin fundamento. Lo que hace falta es que se agilice la vacunación y haya las dosis suficientes y más personal capacitado para inyectarlas. 

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