sábado, 6 de febrero de 2021

LUZ Y OSCURIDAD

 Donde no hay luz, reina la oscuridad. Del mismo modo y en varias ocasiones, la falta de la tan cacareada transparencia gubernamental oculta y encubre actos y decisiones que no se quiere lleguen al conocimiento público, por motivos diferentes y difíciles de justificar. Unas veces se recurre para ello al “ Secreto de Estado “, cuando no lo es, y en otras a excusas peregrinas de diversa índole, hurtando a los ciudadanos con tales triquiñuelas el derecho que tienen a conocer lo que les concierne y afecta de la gestión pública, y lo que subyace tras ella, quedándoles sólo el derecho al pataleo, el acudir a la Justicia, reclamar al Defensor del Pueblo o a la Comisión de Transparencia y Buen Gobierno.

 
A la oposición parlamentaria le ocurre tres cuartos de lo mismo cuando inquiere sobre estos temas, no contestando los interpelados o yéndose por los “ cerros de Úbeda “. Y si tiene la osadía de pedir dimisiones o ceses de determinados cargos, “ caen en saco roto “. Aunque formamos parte de la UE, estamos muy alejados de los países de ella en los que la dimisión o el cese es la práctica habitual ante actitudes turbias o no ejemplares.
 
Entre la luz y la oscuridad existe la penumbra, a través de la cual se entrevé lo que se pretende ocultar, y que el tiempo desvelará. Ya lo dijo Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo “. Una forma de mentir o engañar es ocultar la verdad.

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