miércoles, 19 de mayo de 2021

METEDURA DE PATA

La reacción de Marruecos a cualquier medida española que considere hostil o de agravio a sus intereses expansionistas, políticos, económicos o de cualquier otra clase, es previsible, aunque sea injustificada y contraria a Derecho. Una de sus armas es promover o tolerar la inmigración irregular desde su país a las costas españolas, impidiéndola u obstaculizándola temporalmente según lo que reciba a cambio. Como siempre quiere más, practica el chantaje, sin sentirse satisfecho con las donaciones multimillonarias que recibe de la UE y España. El reino alauita se asienta, y está más fortalecido por la privilegiada relación que mantiene con USA, que nada da gratis.

 
Marruecos es el vecino que conviene tener como amigo, aunque a veces nos decepcione y haga amago de romper la baraja, sobre todo cuando ve debilidad en el Gobierno español, y éste no tiene, como ocurre actualmente, una diplomacia eficiente, con visión de Estado y a largo plazo. Si encima, nuestro Ejecutivo ha actuado torpemente, trayendo con documentación falsa a España desde Argelia a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, considerado como el enemigo público de aquel país, para recibir asistencia hospitalaria en Logroño, debido al Covid que sufre, ha servido en bandeja la reacción marroquí, que abrió la puerta para la “ invasión” de los 10.000 irregulares en Ceuta, máximo cuando el Gobierno español lo hizo sin informar ni consultar a Marruecos y era conocedor de lo que podía desencadenar tal decisión. Hasta la próxima metedura de pata.

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