viernes, 21 de mayo de 2021

PLEITOS

En España se pleitea mucho más de lo necesario y conveniente, llevando a la Justicia asuntos que podrían solventarse sin recurrir a ella, mediante un acuerdo sensato que satisfaciera los intereses contrapuestos inicialmente. “ Pleitos tengas y los ganes “, sentencia una maldición, y un refrán dice: “ Más vale un mal arreglo que un buen pleito “.

Hay hechos claramente delictivos o con indicios racionales de serlo que deben ser denunciados, investigados y sustanciados por la Justicia penal. Lo propio ocurre en el ámbito de la jurisdicción civil y del contencioso-administrativo, en aquellos asuntos que perjudican a los ciudadanos, maliciosamente o por interpretación errónea de lo legislado o reglamentado al respecto, cuando no se ha solucionado el problema mediante una simple aclaración, queja o reclamación; aún así es conveniente valorar si la pérdida económica por los gastos producidos- en el caso probable de ganar- compensa el desembolso dinerario y las inquietudes y quebraderos de cabeza que conlleva pleitear. Sin embargo, hay pleiteadores compulsivos que disparan a discreción por si cazan alguna pieza.
 
Por si la saturación de causas no fuera suficiente en los juzgados, agravada por la falta de medios humanos y materiales, tenemos lo que viene en llamarse la judicialización de la política, consistente en formular denuncias y querellas contra el adversario político, a sabiendas muchas veces de que acabarán archivadas, sobreseídas o con bastantes posibilidades de absolución, importando solamente el desgaste del contrincante y la erosión de su imagen, la repercusión mediática y el daño electoral que puede hacerse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario