martes, 22 de junio de 2021

IGNOMINIOSOS INDULTOS

  

 
 
 
 
 
 
 
Hoy se ha consumado lo anunciado y previsto, pese al contundente informe en contra del Tribunal Supremo. El Gobierno ha concedido el indulto a los secesionistas catalanes condenados por el “ golpe de Estado “, aunque podría haberlo denegado. Pero el empecinamiento de Pedro Sánchez, por mantenerse y continuar en el poder a toda costa, ha prevalecido sobre el cumplimiento de las penas que les impuso la Justicia Él es el único responsable de tal ignominia, y cómplices son sus ministros.
 
La España constitucional viste de duelo. Pero Pedro reparte sus mercedes, disfrazándolas de “ magnanimidad “ y otras palabras “ buenistas “, ignorando las voces indignadas por lo que pretendía hacer, así como el espíritu y los requisitos que presiden la concesión de cualquier indulto. No hace falta recordar las veces que antes se pronunció en contra de la medida de gracia a los golpistas, y de que un político indultara a otro político. No tiene escrúpulos para mentir y desdecirse de sus palabras con los hechos, por cuyo motivo no es creíble y genera desconfianza generalizada. Cuando se vaya dejará el país, que hace aguas por todas partes, hecho unos zorros.
 
Hay que desalojarle de la Moncloa cuando antes se pueda y democráticamente. En los dos años que quedan de legislatura pueden resquebrajarse más los cimientos de la Nación, y hay que evitar su derrumbe. Por ello, el centro y la derecha tienen que dejar de “ tirarse los trastos a la cabeza “, reencontrarse y olvidar sus diferencias y agravios, con independencia de “ quién lanzó la primera piedra “. Sólo una mayoría absoluta, conseguida en unión o sumando los escaños de tales formaciones, posibilitaría el fin del “sanchismo”, que siempre contará con el apoyo de la extrema izquierda y el nacional-separatismo con tal de que no triunfen aquéllas.
 
La mayoría de la gente recela, y con razón, de los políticos. Quiere eficiencia en la gestión pública y que se atiendan sus preocupaciones y necesidades. Está bien recordar nuestra historia, con sus aciertos y errores, pero las glorias imperiales ya pasaron y no volverán. Importa el presente y el futuro próximo, sin renegar de nuestras raíces. Para vencer al mal, hay que desechar egoísmos y buscar el bien común. Ardua tarea, que exige unidad de propósitos y rectas intenciones, plasmadas en hechos constructivos. Quienes no estén dispuestos a ello, que se bajen del barco o no molesten. La navegación tendrá que superar muchos obstáculos antes de llegar al puerto de destino deseado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario