Las personas situadas en las altas cumbres,
inaccesibles para el resto de la
Humanidad,
diseñan el presente y futuro del Mundo;
rigiéndose por la oportunidad del
momento
y lo previsible, prescindiendo de la
moralidad.
Maquiavelistas disfrazados de buenas
intenciones,
vendibles para la ingenuidad.
Conforman alianzas, puntuales o
duraderas,
con un fin común. Manejan a los
escaladores
de medianas y modestas alturas,
pero no a todos los pueden
controlar.
El caso es que hay naciones en
ebullición;
siguen las guerras, desastres y
miserias.
Los terremotos sacuden también a las altas
cumbres.
Se esté o no en ellas, la tierra
tiembla.
Ante el peligro, no hay lugar
seguro,
que nos libre del cotidiano apuro.
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