jueves, 5 de diciembre de 2024

CORRUPCIÓN

  

 
 
La corrupción está agazapada,
 
abunda por doquier.
 
Cuando salta la liebre o el conejo,
 
las escopetas enmudecen o disparan,
 
según sea la ubicación del matorral.
 
No se suele olfatear en la propia casa;
 
pero sí meter las narices en la ajena,
 
para hacerla tambalear.
 
Los escándalos seguidos se amontonan y
 
obnubilan al personal corriente,
 
que, harto de tanto latrocinio,
 
de nada se sorprende ya.
 
Los corruptos y corruptores
 
buscan su propio beneficio.
 
Son unos mangantes,
 
concertados entre sí,
 
que campean tras el dineral.
 
Los más pillos y avezados alardean de honradez,
 
pregonan la decencia y la integridad;
 
pero defraudan e infectan a la sociedad
 
con su hipocresía e inmoralidad.

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