Empeñados están en conseguir la impunidad.
Las llamas de las corruptelas y otros
desafueros,
que les cercan, se esfuerzan en
sofocar.
Es posible que lo consigan, y se
reafirmen
en lo de “ nada hubo ni hay “; que las
acusaciones
populares eran de la “ extrema derecha “, para
al
Gobierno desgastar, y que las investigaciones
judiciales se basaron en “ recortes de papeles
“,
aprovechados por el “ lawfare “.
Los fiscales, sometidos al principio de
jerarquía,
poco o nada podían hacer contra selectivas
tropelías.
¿ Cuánta porquería habrá, cuando se utilizan
los cortafuegos marrulleros y los
desodorantes,
para que las chispas y los malos
olores
no lleguen al ático de los “ dioses
“.
Aunque todo quede en nada, el común ya no traga,
no “ comulga con ruedas de molino “
ni “ le dan gato por liebre “.
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