La persecución religiosa contra los católicos
fue el “ deporte “ preferido de las “
descontroladas “
hordas rojas; ensañándose con los Mártires que,
por su Fe, fueron inmolados en el sacrílego “
altar “
del odio, con extrema saña y sadismo.
Acreditadas masacres, documentadas con
rigor,
previas y durante nuestra última “ guerra civil
“.
Se podrán ahora suprimir del Código Penal
los delitos contra los sentimientos
religiosos,
contemplados en el artº 525 del citado texto
legal;
de hecho, se han perpetrado ya con escandalosa
impunidad.
Si los Mártires pagaron con la vida sus creencias
religiosas;
ahora, de consumarse la despenalización,
arreciarán
preferentemente las burlas y ofensas contra los sentimientos
de los católicos practicantes, sus ritos y dogmas.
Aunque los ideólogos del borrado penal saben lo
que hacen
y malévolas son sus intenciones: “ Perdónalos
Señor “.
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