El peso del Gobierno de España
deja mucho que desear.
A toda vela cuenta sus “ proezas “,
difíciles de creer, cuando a nivel
interno está desgastado,
sobreviviendo día a día con los Decretos Leyes.
Por mucha propaganda que, a su favor,
haga,
“ las habas están contadas “. Hay las que
hay.
La microeconomía refleja la
realidad,
el bienestar social no para de
menguar.
Pese al populismo del que hace gala,
la escoria que le acompaña,
y la corrupción que le desgasta,
la consigna dada es la de resistir,
demonizar a la posible alternancia
de las derechas nacionales,
calificándolas de lobos feroces “ fachas
“.
Hay gente intoxicada y adoctrinada, que se lo cree.
Procede desprogramarla de la abducción
sectaria,
denunciar el falso relato y sustituirlo por el
veraz.
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