La polarización política se refleja
también en el conjunto social,
ajeno a dicha actividad pública.
Por mor de las ideologías
enfrentadas
y las endogamias partidistas, se llega a
posturas
irreconciliables, repercutiendo en ocasiones,
y para mal, en
los lazos de amistad, familiares,
afectivos y en los entornos
laborales.
El sectarismo, de cualquier índole,
impide
que la controversia y la
discrepancia
discurran por los cauces normales,
provocando inusitada crispación
y encizañando a la sociedad.
Reavivar olvidados “ fantasma del pasado
“
abre heridas cerradas, levanta
muros,
es fuente de irresolubles discordias
y pone barreras al entendimiento.
Las posiciones enconadas se agravan
por la perfidia de quien las desata,
siendo la llave que abre el paso
a la política y sociedad polarizadas.
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