Contramemorias a la “ democrática ”
y la “ histórica “ circulan a tutiplén,
recordando hechos y personajes pasados
que el sectarismo criminaliza,
queriéndolos hacer desaparecer.
Vano empeño el borrado y ostracismo
de una parte de la Historia; seguirá
presente, aunque se sancione a los
que la defiendan y publiciten.
La censura y la prohibición sirven
de revulsivo para despertar el interés
por lo que
ocultar se pretende.
Hay muertos y sucesos pasados que
anidan en los corazones y en las
mentes
de sus partidarios. Cuanto más se
les
les denigra, más fervor se les
tiene.
En el día de difuntos, plegarias por
todos los que para siempre se fueron,
fueran quienes
fueran, con piedad
y sin banderías. La muerte no es
selectiva.
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