ENTREVISTA A MARIANO RAJOY

 

Ya se sabe que, por lo general, los políticos en las entrevistas que les hacen suelen “irse por los cerros de Úbeda”, desviar la respuesta hacia el terreno que les interesa, efectuar declaraciones de principios generales,etc. Por tal motivo, entre otros, no se les presta demasiado atención por el público, siendo desmenuzadas por los asesores de turno para replicar si se es adversario o para adular al jefe si es el entrevistado. No digamos cuando el o la entrevistadora es “fácil” o complaciente. Una cosa es lo que dicen y otra lo que se reservan,soslayan y  la verdad. Hay que descubrirse, son un@s artistas.

Efectuada esta introducción,  hoy se van a dedicar unas líneas referidas tan solo a dos afirmaciones de Mariano Rajoy dichas en la larga entrevista que ayer-26 de Septiembre- publicaba el Diario La Razón.

A la pregunta  sobre  si “ se siente bien informado por el Gobierno de todo lo que está haciendo en relación con ETA y todo lo que está pasando”, responde simplemente con el monosílabo “ Si”. La perplejidad se apodera de uno, ya que si se siente bien informado de todo debería conocer los detalles del caso “Faisán”, de los contactos o negociaciones-directas o a través de intermediarios- con ETA, del intríngulis sobre acercamiento y excarcelación de presos, de los planes sobre “listas blancas” para colarse etarras en las instituciones,etc. Entonces, si es conocedor por sentirse bien informado, a qué viene tanta reclamación de explicaciones sobre tales puntos por destacados dirigentes del PP. Es muy dificil de entender ese “Si”; pero, claro, siempre cabe el recurso de acudir a la diferencia entre SENTIRSE bien informado,que es una sensación o apreciación subjetiva  y el ESTAR bien informado, que implicaría el añadido de seguridad objetivada sobre la sensación (No es lo mismo sentirse bien que estar bien). Se puede echar mano a posterior justificación de que   sentirse y/o estar bien informado no conlleva conformidad con las decisiones, o al menos con todas; el apoyo al Gobierno es en la lucha para acabar con ETA . Siempre hay respuesta para todo si se deja hablar a un político, pero cada uno a su modo.

La segunda afirmación viene a cuento  de cuando se le dice “ Tal y como está el patio es humano que uno se vea ya en la Moncloa¿no?”, a lo que responde “ No, no.Me tomo el trabajo muy en serio….Vivimos un momento en el que el debate no es ideológico porque el problema de España no es de ideologías, sino que tiene que soportar un Gobierno…”. Continúa la perplejidad del lector , recurre al Diccionario de la R.A.E e introduce la palabra ideología y en la segunda acepción lee : “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural,religioso o político,etc” y entonces no  se puede menos que, de corrido, constatar los debates, controversias y polémicas que , por opuesta concepción de ideas y valores mantenidos por partidos, han originado y siguen causando tanta preocupación ,contestación y confrontaciones sociales. Uno, en sus cortas entendederas, cree que responde a un problema ideológico  todo el desmadre actual de la organización territorial del Estado, el concepto de nación“discutida y discutible” de ZP, la ley del aborto,el llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo, la Educación para la ciudadanía, el galopante y belicista laicismo,  la restricción del derecho de los padres en la elección de enseñanza , el obstruccionismo a la religión católica y sus símbolos, la utilización partidista de instituciones, y así un largo etcétera de temas sobre los que, con mayor o menor claridad y contundencia, se ha pronunciado el PP recogiendo el clamor popular de sus simpatizantes, votantes y de otras personas sin afinidad con el mismo pero con el que comparten similar planteamiento acerca de alguno  de los ejemplos anunciados. Todo ello no obsta al gravísimo problema del paro y crisis económica , a las tardías y desacertadas medidas del Gobierno; pero también el problema de España deriva de ideologías diferentes y por ello ahí está, como la puerta de Alcalá, el debate ideológico.