Esta tarde un amigo me ha dicho: " Me extraña que no hayas escrito sobre el resultado de las Elecciones del pasado domingo", obteniendo por respuesta el silencio. Para complacerle voy a dedicar unos minutos para desvelar las razones de mi mutismo, que son las siguientes:
1.- Seguí las noticias sobre el escrutinio frente al televisor, sin salir a celebrar el triunfo del PP que deseaba, preocupado por el caramelo envenenado que, como herencia, le ha dejado el Gobierno socialista de Zapatero.
2.- Admiré la contenida alegría, sin cesiones a la euforia, de Rajoy y su plana mayor; el señorío en la comparecencia ante los medios, la voluntad de dialogar con todos, el reconocer lo difícil de la situación y su determinación para empezar desde ya a sacarnos del atolladero. Apostó por adoptar las medidas adecuadas con rigor y austeridad, infundió confianza y apostó por la capacidad de España, esa Gran Nación, que sabe superar las situaciones más difíciles cuando gente competente la gobierna.
3.- Como norma, por suerte o desgracia, no soy partidario de hacer leña del árbol caído. El PSOE perdió porque se lo ganó a pulso, y punto. De nada vale cebarse en las desgracias ajenas, hay que afrontar un presente y futuro próximo nada halagüeño, que requerirá mucho sacrificio y voluntad de poner empeño en ello. Ya lo dijo el presidente de Mercadona : " 2.011 tiene una cosa buena, será mejor que el 2.012".
4.- Al no existir recetas milagrosas, lo importante es poner en funcionamiento las bases que permitan, poco a poco, salir del derrumbe generalizado de España. Lo prioritario es reducir el paro, crear empleo y recortar el déficit para la recuperación económica; sin olvidar ni aparcar para demasiado tarde los otros males que sufre la Nación. En ello ha empeñado su palabra Rajoy y, en principio, no hay porque no creerle.Conoce sobradamente lo que de él esperan sus votantes, por lo que es ocioso insistir sobre lo mismo; como por ejemplo, preservar la unidad de España y las consabidas reformas demandadas .
5.- La nota triste es ver a ETA, a través de intermediarios, en las Cortes Generales. Peliagudo asunto que habrá que reconducir. Con un TC sin interferencias políticas y otra Ley Electoral, no se hubiera producido tal escandaloso bochorno. La vigente Ley produce agravios comparativos y no es equitativa, como se ha comprobado una vez más en estas elecciones.
6.-El PSOE precisa desprenderse de viejos lastres, de una catarsis con personas e ideas nuevas, con un discurso social demócrata o de centro izquierda acorde al siglo XXI. Sería deseable por bien de España y del propio partido. Dudo que vayan por ahí los tiros, ellos verán.
7.- Como tantos analistas y comentaristas solventes de diverso signo han opinado, no me pidas, querido amigo, que dedique más tiempo al resultado electoral; no es lo mío. Soy consciente de mis limitaciones y de tu superior capacidad para ello. Matices sin importancia aparte, coincidimos en una serie de valores y en el amor por España
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