Lo oímos a diario, apelando a la libertad de expresión y de libre concurrencia política, que cualquier idea se puede defender y exponer mientras sea por cauces democráticos y no se utilice la violencia.
Asumido es el mensaje que se repite, de palabra y por escrito, por voces y medios de diversos signos políticos.
Una muletilla esgrimida, por lo de lo "políticamente correcto", que prolifera ante planteamientos o reivindicaciones independentistas o secesionistas.
Negamos la mayor porque la libertad de expresión tiene sus límites cuando se atenta, por ejemplo, contra la intimidad, el honor y otros principios fundamentales consagrados en la Constitución y la de libre concurrencia política carece de legitimidad cuando se pretende trocear la Nación.
Incide con rotundidad nuestra Constitución: " La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles". Quienes hacen apología o incitan en contra de la unidad nacional y a favor del independentismo, atacan a la Constitución, se enfrentan abiertamente a ella, y eso ¿debe estar amparado por la libertad de expresión e ideológica?
Dijo Zapatero “profesoralmente” en el Senado, el 18-12-2004, la nación "es un concepto discutido y discutible", pasando por encima del texto constitucional, saltándose a la torera que la Nación española es la más antigua de Europa, y dando alas a las pretensiones nacional-separatistas.
Asalto a las Instituciones es la presencia en las mismas de los abanderados del secesionismo (el brazo "político" de ETA para entenderos), que valiéndose de una Constitución y Democracia, que no creen ni sienten, quieren dinamitarlas desde dentro para conseguir lo que aún no ha logrado el terrorismo con las pistolas. Dentro de pocos días los veremos también en las Cortes Generales que denostan.
Defender que es legítimo y legal que quienes son antiespañoles tengan asiento en las Instituciones del Estado, pagados por todos los españoles, para alzar sus voces contra la unidad de España, por mucho que así lo haya estimado el teledirigido Tribunal Constitucional, ¿qué quieren que les diga?. Tendrá las apariencias de legalidad que les ha sido dispensada; pero no lo consideramos legítimo, mas bien nos parece una cesión traicionera. Es como darle la llave de casa a quien sabes que la va a desvalijar.
Derramada ha sido demasiada sangre inocente por los terroristas, inmenso daño y dolor han causado para que, ahora, amparados en esas libertades democráticas sigan mofándose y sacando pecho por los “éxitos políticos” que les han sido regalados y los que esperan conseguir. Los votos conseguidos y por obtener, son frutos del árbol podrido desde la raíz a la copa y no merecen ser presentados en la mesa.
Esperar cordura y moderación de quienes odian y reniegan de España, es pedir peras al olmo. Al fanatismo no se le convence, se le aísla y vence. Sin embargo ocupan poltronas en las Instituciones, mientras que, por citar un solo ejemplo, el escudo con el águila de San Juan, que se remonta a los Reyes Católicos, ha sido retirado de los centros oficiales.
Enferma está España, pero sus raíces son profundas y largas en el tiempo. Para sanar tan solo necesita, como medicamento, cuidados con mucho amor.
Sabemos que de la crisis económica, déficit y paro, algún día se saldrá aunque con mucho sacrificio y buenos gobernantes. Que éstos no dejen morir a nuestra vieja pero encantadora nación.
Piedad, paz y perdón, exclamó tardíamente Azaña. Los enemigos internos de España-ETA- no quieren la paz sino la imposición excluyente, no piden perdón y no tuvieron piedad con quienes fueron sus víctimas. Se creyeron el mito del " gudari" cuando tan solo son macabras estampas del museo de los horrores.
Aún se está a tiempo de preservar la unidad de España. Instrumentos legales los hay. Solo falta creer en ella y decisión, el apoyo de la inmensa mayoría de los españoles está garantizado; solo a unos pocos les da lo mismo cuatro que cuarenta, a los que relativizan esencias y valores con lo de".. es discutido y discutible..."
Ñ es la letra que nos quisieron quitar en nuestro abecedario con lo de la informática y ordenadores. Se impuso la cordura y seguimos utilizándola para escribir en todo tu significado ¡ESPAÑA!
Adelante pues, ¡ánimo! Debemos legar a las generaciones futuras el tesoro que sucesivamente nos fueron transmitiendo las que nos precedieron: ¡La unidad de España!. (La Ley 39/1981 de fecha 28 de octubre, que regula el uso de la Bandera Nacional, en su artículo 1º dice: "La Bandera de España simboliza la nación, es signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución”
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