Se enceló el gobierno socialista de Zapatero con la innecesaria y desafortunada Ley de la Memoria Histórica y acaba su desastrosa gestión haciendo pública la recomendación de la “Comisión de Expertos sobre el futuro del Valle de los Caídos”, designada digitalmente y compuesta en su mayoría por furibundos sectarios que con solo oír el nombre del Valle les aflora al igual que a sus mentores, por mala conciencia, el visceral odio y revanchismo hacia todo lo asociado y/o que relacionan con el franquismo. El solo nombre de Francisco Franco les impulsa a borrar el periodo histórico en el que dirigió la gobernación de la Nación, falsificando la historia cuando las pasiones de una guerra civil, desatada a consecuencia de una República sin orden ni ley, yacían por fortuna en el olvido de los españoles.
Procede que esta introducción se complemente con algunas consideraciones mínimas:
1. Fue el propio Rey Juan Carlos I, según diversos testimonios, quien decidió que el cuerpo de Franco fuera enterrado en la Basílica, solicitándolo a la Abadía que aceptó y cuya jurisdicción eclesiástica, en cuanto templo católico, corresponde en última instancia al Vaticano.
2. Franco en su testamento dejó escrito
«Españoles: Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir. Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida, que ya sé próximo.
Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación, en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra patria os pido que perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momento, el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido. No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.
Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte: ¡Arriba España! ¡ Viva España!"
3. Cuando se proyectaba la Ley de Memoria Histórica, que iba a reabrir viejas heridas y debates superados, el Rey con su “auctoritas” y facultad moderadora, debió dar un toque de atención para que no se traicionara la voluntad conciliadora de la transición. Tuvo ascendencia para ello y obligación moral. Fue el Rey de todos los españoles porque así lo dispuso Franco y la lealtad implica reciprocidad, en especial cuando va dirigida al bien de España y la concordia entre los españoles.Los líos de su yerno Urdangarín, que dañan la buena imagen de la monarquía, no deberían distraerle de prestar atención a esta ocurrencia sobre el Valle, si llegara el caso que alguien quisiera poner en práctica la recomendación de la “Comisión de Expertos”.
4. En el dictamen de la citada comisión que no es vinculante, se recomienda, entre otros despropósitos, el exhumar los restos mortales de Franco y darles el destino que su familia desee; cuando ésta ya se ha pronunciado sobre que continúen en el lugar en donde se encuentran.
5. Franco y José Antonio Primo de Rivera forman parte de la historia de España. A unos gustarán más y a otros menos o nada. En todo caso hace muchos años que murieron y a los difuntos hay que dejarles en paz. Las batallas se ganan sobre los vivos, es propio de buitres cebarse sobre los cadáveres.
6. Si no había bastante con la desastrosa herencia que el Gobierno socialista de Zapatero ha dejado al Partido Popular, le ha añadido el aguinaldo navideño a que nos venimos refiriendo para perturbarle en la resolución de las cuestiones graves que tiene que afrontar. Algunas formaciones políticas, sobradamente conocidas, se complacen con el "regalito", ya sea por revancha compartida o anti españolismo. Bien haría el nuevo Gobierno en no entrar al trapo ni prestarle un minuto de atención. La recomendación de la “Comisión de Expertos” que tenga como destino la trituradora.
7. Esperamos que los monjes de la Abadía defiendan con ardor el legado que les fue confiado y que cuenten con el inequívoco respaldo de la jerarquía eclesiástica. La Iglesia de la Santa Cruz del Valle de los Caídos fue elevada a la Dignidad de Basílica Menor por el Papa Juan XXIII, y por acuerdo del Estado Español y la Santa Sede, de 15-XII-1979, se le garantizó el culto y la inviolabilidad( Para los interesados se recomienda la lectura del "Valle de los Caídos. Crónica de una persecución salvaje" de Pablo Linares y José Mª Manrique, Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos)
8. Hay muchos asuntos que afrontar y resolver para la recuperación integral de España. El Valle de los Caídos y Franco no constituyen problema alguno para la inmensa mayoría de los españoles. Así pues, ¡déjenlos en paz!
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