Así son denominados los que interceden ante terceros en favor de otros. Los hay quienes lo hacen altruistamente, en orden a un buen fin que es justo, no contraviene moral ni derecho ni perjudica a nadie; responde a una buena causa y no se produce aprovechamiento personal por la gestión o actividad desplegada del que media. Pero los hay quienes actúan movidos por intenciones e intereses diferentes a los anteriores, obteniendo suculentas ganancias o comisiones por “abrir puertas”, generalmente de las Instituciones públicas, en las que puedan hallar alguien que se preste a resoluciones arbitrarias, contrarias a Ley o que la bordean, y que de no existir tal mediación, sugerencia o recomendación, no se producirían
En el segundo caso, el de los aprovechados que se mueven por la codicia, los escándalos publicados acompañan al desayuno diario. Afecta tanto a determinados integrantes de la clase política en diferentes ámbitos de la Administración, como a los sin escrúpulos que lo han sido y conservan sus contactos. Hay otros que se prevalen de la amistad o del parentesco consanguíneo, indirecto o colateral con personalidades influyentes. Y ¡ qué decir! de los auto "conseguidores" que se valen de su cargo y/o preferente ascendencia social privilegiada.
La podredumbre viene arrastrándose desde años. A la vista de lo publicado y trascendido en el tiempo, parece evidente sobre qué parte se inclina la balanza desde que se empezó con lo de los cafetitos; pero no vamos a entrar en el juego del tu más. Las heces huelen mal, tanto si provienen de simple borrico, pura sangre para hípico salto o esbelto équido de la caballeriza real. El cruce puede salir bien o mal, es cuestión intentar acertar en la elección, que acompañe la suerte y no prejuzgar.
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