Comentario oído hoy en el autobús: " Mi hermano es militar y se va para seis meses a Líbano, tiene una niña que acaba de nacer. Un cuñado también es militar y ha estado en Afganistán. Son soldados profesionales y les apasiona su trabajo. Los familiares estamos preocupados, pero orgullosos de ellos".
Dicho por Rubalcaba en el debate electoral con Rajoy: que sus planes son reducir los efectivos de la plantilla militar y potenciar e introducir modernas tecnologías (no retuvimos el contenido textual).
Hechos: El 1 de Junio de 2011 los efectivos de nuestras FFAA ascendían a 127.807 militares: oficiales (17.613), suboficiales (28.455), tropa y marinería (81.739); se pretende una reducción de 6.000 hasta el año 2.013. Se ha reducido el presupuesto de Defensa Nacional un 18,5 % desde 2.008 a 2.011, y desde 2.010 a 2.011 un 8%.( Datos numéricos extraídos de información publicada en el diario el Mundo de ayer, y porcentajes que hemos deducido de su lectura salvo error).
Se han paralizado las adquisiciones, se intenta obtener liquidez con la venta de terrenos, cuarteles y subastas de viviendas militares con el consiguiente perjuicio hacia un colectivo sujeto a frecuente movilidad geográfica. Las carencias materiales son sustituidas con la abnegación y espíritu de sacrificio innato en el Ejército Español, que de la necesidad hace virtud.
Pregunta: ¿Cómo se puede garantizar la Defensa de España, la integridad de su territorio y el cumplimiento de los compromisos internacionales con nuestros aliados? ¿Por qué la Defensa Nacional no se contempla entre las diversas prioridades a preservar? ¿Cómo sostiene el candidato presidencial Rubalcaba el propósito de invertir en nuevas tecnologías, cuando el aún actual Gobierno del que fue Vicepresidente fue y es incapaz de, al menos, garantizar el mantenimiento del material hasta el extremo que mucho de él, no pasaría la “ITV”?
Conclusión: Dudamos que, por nosotros mismos y sin ayuda exterior, podamos hacer frente con las debidas garantías a amenazas graves que pudiesen afectar a la integridad territorial, a las que pudieran proceder del imprevisible e inestable Magreb y cumplir, al mismo tiempo, con nuestros eventuales compromisos en escenarios diferentes en el extranjero, pese al alto reconocimiento que nuestros aliados dan al valor humano y profesional de quienes integran los ejércitos españoles.
En todo caso quienes saben de Defensa son los profesionales de la misma, y sospechamos que infravalorar la importancia del contingente y componente humano, como ha hecho Rubalcaba, no les habrá gustado. Los deseables avances tecnológicos son importantes; pero a la vista de la situación económica, y el no figurar entre las distintas prioridades la Defensa Nacional, la apuesta formulada por nuevas tecnologías podría responder a un sueño a largo plazo o a señuelo electoral a tiempo presente. Al final lo decisivo es echar pie en tierra, no queda otro remedio.
Es indudable que hay que apretarse el cinturón, pero que quienes manejen la hebilla acierten por dónde deben empezar a comprimir la cintura.
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