miércoles, 1 de febrero de 2012

CONVERSACIÓN EN UN TREN DE CERCANÍAS

 

Ocupando los dos asientos contiguos de un tren de cercanías, con destino a la capital, dos hombres de edad provecta. Uno (U), el que estaba sentado junto a la ventanilla, contemplando el paisaje; el otro (O), en el asiento recayente al pasillo, ora escudriñando a lo largo del mismo, ora fijando la mirada en el techo. Se habían incorporado al tren en estaciones distintas. Llegó el revisor, les solicitó los billetes y una vez comprobó que los portaban y que la edad que aparentaban encajaba con la tarifa del precio reducido, se los devolvió con un “gracias, buen viaje”. Fue entonces cuando se rompió el silencio entre los dos viajeros.

U.- Ya hacía tiempo que no me pedían el billete y eso que cojo este tren con frecuencia.

O.- Por que el revisor le verá cara de buena persona, yo viajo poco.

U.- Tengo que ir a menudo a la capital para ver a mi hija separada que vive con sus dos hijos, mis nietos, y no hay manera de que encuentren trabajo, y eso que son responsables a carta cabal. Encima, a ella, su ex marido ha dejado de pasarle la pensión por estar en el paro y ya ha agotado el tiempo del subsidio. Y aquí me tiene Vd. ayudándoles, mi esposa también, en todo lo que podemos, a costa de arañar en mi pensión e ir tirando de ahorrillos de toda una vida. ¿Ve este paquete, que tengo entre mis pies? Es para ellos, contiene embutidos de la última matanza del cochino.

O.- Yo voy a estar junto a mi mujer que se encuentra ingresada en el hospital, hace pocos días la operaron de rotura de una cadera y como no tuvimos hijos, la asisto durante el día y por las noches lo hace una prima segunda suya que es monja. A ver si se recupera pronto y le dan el alta, porque donde mejor se está es en casa.

U.- ¡Pobres monjas!, con las putadas que les hicimos en la guerra.

O.- Aunque somos mayores, no creo que Vd. hiciera daño alguno, pues no habría nacido o sería muy pequeño. Yo nací en 1940.

U.- Yo no, pero parece ser que mi padre si que hizo alguno, según me contaron ya crecidito, aunque él nunca sacaba a colación temas sobre la guerra . Cuando acabó, le condenaron a muerte, le fue conmutada la pena a 30 años de cárcel y 12 después fue puesto en libertad. No se si será por cosas de la sangre, pero cuando me hice mayorcito me afilié a un partido de izquierdas clandestino; la verdad es que no me hacía mucho de notar y obtuve una codiciada plaza de cartero.

O.- Mi padre fue falangista e hizo la guerra en el bando nacional. Al acabar, regresó a casa, reanudó sus estudios de abogado y  cuando ya lo fue se dedicó, tras ejercer unos años en lo civil, a lo laboral. Ganó muchos pleitos a favor de los trabajadores y antes, terminada la guerra, dio la cara por muchos rojos que no tuvieron más opción que luchar en el bando republicano por que les tocó. Siempre le mostraron el agradecimiento, que él declinaba con la frase “eres buena persona, estuviste en un bando como hubieras podido estar en otro. Cuestión de suerte”. ¡Fíjese!, después de tantos años, cuando todo estaba superado, tuvo que venir el niñato de Zapatero a reabrir heridas cerradas. Perdone si le ha molestado la referencia a Zapatero.

U.- No se preocupe, estoy con lo que acaba de decir y en contra de las pretensiones de ese juez que están juzgando estos días; creo que hace tiempo anda extraviado.¡ Pidió hasta la certificación de la muerte de Franco!, después de tantos años de haber fallecido. Ese hombre no debe estar bien de la perola. Para tranquilidad de Vd. ya le comenté que me hice de izquierdas, y le confieso que voté la primera vez al PCE y después siempre al PSOE , tal vez por eso de la sangre o herencia; pero en las últimas elecciones generales dudé si abstenerme o votar al PP, consulté con mi hija y me dijo que lo hiciera a favor de Rajoy. Mucho me lo pensé, pero visto el desastre de Zapatero y cuadrilla, me lié la manta a la cabeza y seguí el consejo de mi hija. Espero no haberme equivocado y menos mal que mi padre ya murió pues, si lo hubiera hecho en vida suya, me deshereda.

O.- Confianza por confianza, yo, pese a mi ideal falangista desde joven, por eso de la sangre o herencia que Vd. ha mencionado antes, también voté a Rajoy por lo del voto útil o el mal menor; y sobre todo porque si esto no lo arregla el PP, no lo arregla nadie. Aunque ¿qué quiere que le diga? Ahora estamos peor que cuando Aznar ganó sus primeras elecciones; tienen que pasar, como mínimo, un par de años, para ver síntomas de recuperación y no tengo claro que vuelva a haber una clase media tan extensa  como la que consiguió Franco, tras superarse las extremas necesidades de la post guerra.

U.- ¡ Dígamelo a mi!, que a los diez años, cuando salía de la escuela, tenia que hacer faenas en el campo y plantar tomates, boniatos, patatas, habas, etc. para la despensa de casa y mi madre criaba algunas gallinas y pollos en el corral. Confiemos que esto se arregle, de lo contrario,  con el paro que hay, los jóvenes no tendrán más remedio que emigrar o hacer un cursillo acelerado de agricultura. Nosotros sufrimos y trabajábamos en lo que se presentara, sin imaginar que un día tendríamos un modesto SEAT-600, un pisito en propiedad o un apartamento en la playa por pequeño que fuera.

O.- Y ahora, a la vejez viruelas; cuando deberíamos ser cuidados por nuestros hijos, no es mi caso por desafortunadamente no tenerlos, nos toca ayudarles o tenerlos en casa bajo nuestro cobijo. Conozco de primera mano muchos casos y cada vez más.

U.- Disculpe, pero llegamos al final del trayecto. Que se mejore su señora y a ver si coincidimos otra vez en el tren. Con la charla, el viaje se ha hecho más corto.

Descendieron del vagón, se separaron, cada uno emprendió camino con sus respectivas preocupaciones, pero con la satisfacción que produce el ser unos protagonistas más de la reconciliación habida entre los españoles y que, algunos, por rencor, megalomanía o simples intereses bastardos, quieren profanar

No hay comentarios:

Publicar un comentario