Felipe González, expresidente del Gobierno, se ha pronunciado sobre un Gobierno de coalición, entre el PP y el PSOE, si el país lo necesita; lo que parece de sentido común, y tal posibilidad es compartida por las amplias bases de ambos partidos, que estiman la prevalencia del interés general sobre los particulares y partidistas.
El problema reside en las diferentes opiniones de cuándo puede producirse la necesidad, si ya ha ocurrido, y sobre qué puntos esenciales( cohesión nacional, crisis económica, política exterior,...) debe seguirse una estrategia común. Lo que parece meridianamente claro es que la unidad de España es uno de los fundamentales en los que hay coincidencia.
Llegado el caso también debería haber un compromiso real para la regeneración democrática y desterrar las prácticas irregulares y perversas, que han minado la credibilidad de la clase política, la de ciertas instituciones y han originado gratuita o interesadamente enfrentamientos y divisiones, que perjudican los intereses superiores de esta vieja Nación.
Lo que ha ocurrido, y sigue ocurriendo en España, debería servir de reflexión y acicate para que en el momento oportuno, si la situación lo requiriera, se pusiera en marcha lo dicho por Felipe González, y en cuyo mismo sentido ya se han manifestado, anteriormente, distintas voces guiadas por nobles ideales.
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