El resultado de las elecciones al Parlamento Europeo, celebradas anteayer en España, ha superado la mayoría de los pronósticos alarmantes: caída en picado de los votantes del PP y del PSOE; aumento de los independentistas catalanes y vascos más radicales; el ascenso de la extrema izquierda de IU, abocada a tal deriva, y el estreno taquillero de la nueva formación populista PODEMOS, de inspiración comunista y émula del castrismo cubano y del chavismo venezolano continuado por Maduro.
Como positivo cabe señalar que los partidos UPyD y CIUDADANOS, situados en la izquierda moderada o en el centro-izquierda, por, entre otras razones, su discurso anti secesionista y de regeneración democrática, han cosechado resultados satisfactorios; lo que no ha ocurrido con VOX, integrado por ex militantes del PP defraudados con algunos aspectos de la política gubernamental, que no ha conseguido el respaldo suficiente para obtener, como mínimo, un escaño.
En estas elecciones se ha votado en clave nacional, más que en la europea, y aunque sus resultados no tienen por qué ser extrapolables a las próximas locales, autonómicas y generales,- en las europeas, la circunscripción es única a nivel nacional y el reparto de votos es proporcional, mientras que en las generales la circunscripción es provincial y el reparto de votos favorece a las grandes formaciones, perjudicando a las pequeñas-, ha sido un serio toque de atención al PP y al PSOE sobre lo que podría ocurrir en éstas.
La pírrica victoria del PP debería llevarle a hacer una auténtica autocrítica y pensar en qué han fallado a sus votantes, sin olvidar valores y principios, para que muchos de ellos, como castigo y desencanto, se abstuvieran de votar o lo hicieran a otras opciones no independentistas ni de la tradicional izquierda. La relativa complacencia exteriorizada es ceguera o es fingida.
El PSOE ha reconocido su debacle; Rubalcaba ha asumido el fracaso y anunciado que en Julio habrá un Congreso Extraordinario para debatir las líneas a seguir y elegir nuevo Secretario General, a cuyo cargo no va a optar. Mal haría el PSOE si, a resultas de dicho Congreso, se escorara a posiciones radicales para recuperar parte de los votos perdidos.
Ambos partidos deberían esforzarse para recuperar la confianza de sus bases y tratar de conseguir en los próximos comicios el apoyo suficiente para, en momentos de emergencia, que sucederán, poder hacer un mayoritario frente común que se oponga a las intentonas secesionistas y al populismo revolucionario de la extrema izquierda. Está en juego la existencia y el ser de España, el progreso en libertad y la pacífica convivencia. No es alarmismo, es que han sonado con estridencia las alarmas y hay que estar muy sordo para no oírlas.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. El nivel de corrupción es tan alto que les ha cegado. Además, que están haciendo esos partidos mayoritarios para salvaguardar la unidad de la nación española, máxime llamándose uno de ellos "español", NADA. Tras su cosecha, he aquí el resultado, extrapolable o no, aquí lo tenemos: Cataluña y Vascongadas: INDEPENDIENETS; Gobierno Central con un Chavista de Presidente; y nuestros aliados; Cuba y Venezuela. ¡MANDA HUEVOS!
ResponderEliminarEs evidente el voto de castigo a los dos grandes partidos, experemos que se produzca una reacción y con un plan de recuperación del votante de centro, necesitamos a los dos grandes partidos con sentido de Estado, sino la deriva a un Frente Popular como ya esta anunciando "Podemos", y que Izquierda Unida empieza a ver con buenos ojos, nos traeria unas consecuencias desastrosas para la estabilidad social en España.
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