sábado, 31 de mayo de 2014

CAN VIES: BAJADA DE PANTALONES.

 

 

La orden municipal de derribo del edificio okupado Can Vies, ubicado en el barcelonés barrio de Sants, ha sido contestada por la tribu antisistema con barricadas, incendios, violencia callejera y enfrentamientos con los Agentes de la Autoridad- los Mossos d' Esquadra - encargados de preservar y restablecer el orden público. Tras días de graves altercados, el Ayuntamiento, a solicitud del Centro Social de Sants, ha decidido interrumpir el derribo del mentado edificio y entablar conversaciones con los okupas, negándose éstos al diálogo y exigiendo la dimisión del alcalde y la del concejal del distrito.

De lo anterior cabe deducir que la orden de derribo fue dictada conforme a Derecho, y que su paralización y oferta de negociaciones para conciliar intereses contrapuestos responde a la barbarie desatada por el colectivo afectado y afines. Es decir: una bajada de pantalones ante la violencia, y dejación del ejercicio legítimo de la autoridad, ante quienes han causado más de 200.000 € en daños y, con cualquier pretexto, practican la guerrilla urbana.

Cuando se cede ante los que están en permanente predisposición en contra del Estado, las Instituciones y quienes las encarnan o las representan, se produce un envalentonamiento " in crescendo" en tales radicales asociales, y cunde en ellos la sensación de impunidad cuando, como es habitual, practican el desorden y el vandalismo en manada. Si se producen detenciones- en los sucesos de Barcelona se han practicado unas sesenta durante los cuatro días de disturbios-, se llama a solidarizarse con los detenidos, exigir su libertad, se convocan por los integrados en colectivos similares manifestaciones de solidaridad en otras ciudades- propagándose la contestación como la pólvora- y, cumpliendo con el manual, se presentan como víctimas, formulando denuncias contra los miembros del Cuerpo de Seguridad interviniente.

Todo esto, que es sabido, no lo tienen en cuenta determinadas autoridades, que timoratamente reculan ante el fuego enemigo y levantan la bandera blanca preludio de la rendición. Si a un enemigo activo, pero pequeño, se le oferta una tregua, es que no hay un buen capitán. La Policía cumplió y practicó detenciones, y Vd. cedió. ¡ De vergüenza, Señor Alcalde !

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