Los actos celebrados hoy en Madrid, con motivo de la proclamación del Rey D. Felipe VI, han sido brillantes. El central- con el juramento del Rey, su proclamación en la sede de la soberanía nacional y el impecable discurso en la forma y en el fondo pronunciado por Su Majestad- estuvo revestido de una dignidad encomiable y momentos de emotiva carga.
Las palabras del Rey, pronunciadas desde sus profundas convicciones de respeto y acatamiento del ordenamiento constitucional, fueron claras y esperanzadoras: la unidad de España dentro de la diversidad; el fomento del acercamiento y la convivencia dentro de la pluralidad; la igualdad y solidaridad entre los españoles; la ejemplaridad, moralidad y ética en las Instituciones; el cumplimiento de la Ley y la independencia judicial,...Puso de manifiesto su preocupación por el paro; la apuesta por la juventud; el reto de las nuevas tecnologías, la innovación, desarrollo e investigación; tuvo un recuerdo por las víctimas del terrorismo; expresó su gratitud y reconocimiento a sus padres, D. Juan Carlos y Dña. Sofía, que arrancó sendas prolongadas ovaciones. Esto y algo más dijo en su discurso, sin quedar nada sustancial en el tintero; comprometiéndose ante los españoles en cumplir con ilusión y entrega las funciones que le asigna la Constitución, al frente de una Monarquía renovada para un tiempo nuevo y al servicio de todos los ciudadanos.
Madrid se echó a la calle para homenajear al matrimonio real, D. Felipe VI y Dña. Letizia, que ha provocado admiración, respeto e ilusión en la inmensa mayoría de los españoles. Como añadido se ha visualizado el dulce encanto y las exquisitas formas protocolarias de sus hijitas, la Princesa de Asturias Leonor y la Infanta Sofía. Majestades: Feliz, fructífero y duradero reinado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario