El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en alguna ocasión realiza manifestaciones públicas que parecen un exceso o sobreactuación verbal. Anteayer dijo que si Cataluña se independizara sería " pasto del terrorismo y del crimen organizado fácilmente", ya que se quedaría " fuera del paraguas protector" de las agencias internacionales que garantizan la seguridad.
Un pronóstico como el citado, y más viniendo de quien viene, cuando la cooperación en asuntos de seguridad es cada vez más visible, por cuanto el terrorismo y el crimen organizado no respeta fronteras naturales ni artificiales, no frena la obsesión independentista. Por el contrario, la exageración puede reafirmarla y alimentar la paranoia victimista de los que reclaman la secesión.
Deben utilizarse otros argumentos en contra de los perjuicios que ocasionaría una hipotética separación de Cataluña del resto de España, que los hay, con razonamientos y datos creíbles, pero no hacer juicios de futuro tan difíciles de vender y compartir; máxime cuando para combatir la amenaza global del terrorismo internacional y del crimen organizado, no suele repararse en las particularidades y rarezas propias de quien recibe la colaboración o la presta. Al respecto, cualquier ayuda es estimada y agradecida, e impera el do ut des.
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