martes, 19 de mayo de 2020

LA MENTIRA Y LA CREDIBILIDAD

Cuando se miente, se miente mucho, quedando después la mentira al descubierto, se pierde la credibilidad. Otro modo de mentir es ocultar a sabiendas la verdad. El presidente del Gobierno Pedro Sánchez es un maestro consumado en este mal “ arte “, según se ha constatado reiteradamente. Dejando aparte el plagio de su tesis doctoral, que en otros países europeos conlleva la dimisión, aquí se consideró un pecado venial comparado con las falacias mayores que, sin inmutarse, protagoniza. En una entrevista televisada, previa a ser elegido presidente del Ejecutivo, dijo que nunca gobernaría con Podemos ( “ no dormiría tranquilo “ ), pero al alcanzar la presidencia gubernamental nombró al líder de Podemos Pablo Iglesias como vicepresidente segundo, otorgando tres carteras ministeriales a otros tantos miembros de la formación morada. Con ello convirtió lo que pudo ser un “ matamala” en  otro “ matalapeor “. Desde entonces, la manipulación, adoctrinamiento y desinformación ha sido la tónica habitual, una tentativa de “ comida de coco “.

El colmo de las infamias, según ha trascendido, es que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, presidido por Fernando Simón, elevó al Gobierno un informe el 10 de Febrero en el que refería el riesgo grave del coronavirus, su expansión veloz y alta tasa de contagio y mortalidad que podía causar. Pese a ello, no se adoptaron a tiempo las medidas adecuadas y se permitieron las masivas concentraciones del 8 de Marzo, declarándose el Estado de Alarma 6 días después. Desde entonces, el Gobierno viene actuando a remolque de las circunstancias.

No se le acusa de ser el causante del coronavirus, sino de no haber tomado a su tiempo las medidas procedentes contra la pandemia. Tal omisión imprudente ha conducido a incrementar la elevadísima cantidad de contagiados y fallecidos, y a movilizar el descontento e irritación generalizados. Las caceroladas y los paseos, guardando las distancias, con gritos de dimisión y libertad están justificados. Es lo menos que puede ocurrir. Que pase pronto la pandemia y no dure el virus del tándem Sánchez-Iglesias. Mientras tanto: ¡ Cuídense !

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