La gran mayoría de los españoles está demostrando ser resilientes ante la situación adversa del Covid-19. Conscientes de la trágica realidad de la pandemia, se han adaptado a los diferentes modos de comportamiento y relación social, así como a las recomendaciones sanitarias para prevenir el contagio vírico, soportando los grandes sacrificios que supone la limitación de determinados derechos individuales y aparcando la práctica de ciertos hábitos y tradiciones que nos caracterizan. Todo ello con el ánimo de superar esta situación maléfica, aunque hay- y quedarán - secuelas psico-emocionales de motivaciones diferentes, así como negras perspectivas de tipo económico y laboral.
El esfuerzo individual y colectivo no se corresponde con las improvisaciones y los sucesivos cambios tácticos, nada convincentes, del presidente del Gobierno, cuya preocupación prioritaria es seguir instalado en la Moncloa, para lo que cambia de apoyos coyunturales a su conveniencia. Más que un resiliente al uso es un resistente endiosado. Pagado de sí mismo escribió el libro “ Manual de Resistencia “, que no vale la pena leer. Conociendo cómo es el autor, es preferible guiarse por los modelos que aluden a la humildad, la coherencia y el bien hacer.
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