Desvergonzado y lenguaraz
es el vice Pablo Iglesias.
Sin descaro alguno
pasó del pisito obrero al casoplón.
Fustigador de los adinerados,
ahora es millonario,
mas sigue de revolucionario
cual comisario agitador marxista.
Lengua viperina es la suya,
reparte plácemes y condenas
según sus filias y fobias.
De palabra y hechos,
populista, comunista,
admirador chavista
y de la leninista momia.
¡ Quién iba a pensar
que llegaría a ministro,
vicepresidente del Gobierno !
Pues, ahí está, y para rato,
chinchando, mandando
y chupando del maná gubernamental
que Pedro Sánchez le ha dispensado.
El Presidente, antes de serlo,
no quería acostarse con él,
pero al necesitarlo, para llegar a la
Moncloa,
compartió con tal bicho la cama
redonda,
aun sabiendo que era mucho más que
pillín.
El mullido colchón sobre el que
reposan,
se duele por los puyazos que se
propinan,
aguantándolos con mal disimulo.
Ya vendrán los tiempos de las camas
separadas
y se desenfundarán las espadas.
Ambos son buenos esgrimistas.
¿ Cuál de los dos esconderá en la
manga
el traicionero puñal ? El más malandrín.
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