jueves, 28 de enero de 2021

EL NO ARREPENTIMIENTO DE SALVADOR ILLA

  

En el transcurso de la vida, todos hacemos o dejamos de hacer algo de lo que arrepentirnos, aunque se lo guarde cada uno para sí. Cuando se participa a terceros lo mal hecho, haya sido voluntariamente, por imprudencia o incompetencia, se libera uno de la mala conciencia por el fallo cometido, máxime si va seguido de un sincero arrepentimiento, aunque no siempre es posible remediar el mal causado a uno mismo o a los demás. El arrepentimiento atenúa la culpa y abre el camino para la rectificación.
 
Empecinarse defendiendo lo indefendible, evidencia un orgullo improcedente y la negación de lo censurable, aunque se mantenga tal postura con modales educados. Esto es lo que hizo el ya ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, tras su último Consejo de Ministro, cuando dijo que no se arrepiente “ de nada de lo que ha hecho “. Pero en su gestión de la pandemia hasta su dimisión, para dedicarse por completo a su candidatura por el PSC a la Presidencia de la Generalidad de Cataluña, se produjeron cerca de un millón de infectados y ochenta mil fallecidos a causa del Covid-19. Por supuesto que no quiso, al igual que nadie, que se produjeran tamañas desgracias, que continúan y aumentan, pero la falta de previsión, los errores y las medidas desacertadas y tardías adoptadas sí que le son achacables políticamente.
 
Aunque haya culpas compartidas, no queda Illa bien parado al no hacer la necesaria autocritica como Ministro de Sanidad.

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