Empezada hoy la campaña electoral
para las elecciones catalanas,
se harán mítines y el 14-F la 
votación,
estando el virus en su máxima 
expansión.
¿ Qué importa el peligro letal
que ello comporta para los 
asistentes
a los discursos, a las urnas y al resto de 
catalanes ?
¿ Por qué no las aplazaron a una mejor 
ocasión,
en la que el maldito bicho hubiera 
estado
muy menguado, sin capacidad para tanta desolación 
?
Primó, pese a algunas iniciales políticas 
responsables
y a los consejos sanitarios 
sensatos,
ver quién se lleva el gato al agua,
qué partido cosecha más fervor y 
aquiescencia.
Las encuestas, más o menos cocinadas, 
apuntan a que la suma de los independentista 
ganará,
y si las cosas se le ponen feas, en los pactos 
posteriores
con los socialistas de Illa 
contarán.
Las preferencias de Pedro Sánchez están 
demostradas,
son los tripartitos “ frankenstein “, 
aunque impliquen aliarse con el 
diablo
para alcanzar o mantenerse en el 
poder.
Sólo un milagro, si su “ Poncio “ Illa fuera el 
más votado
y tuviera a mano el Palacio de la Generalidad 
,
podría, cual sucedió a Pablo, hacerle caer del 
caballo
e implorar el apoyo de los 
constitucionalistas,
prescindiendo de los separatistas.
Mientras muchas ciudades de toda España 
están perimetralmente cerradas,
se restringen las reuniones,
se cierran establecimientos no 
esenciales
y se aconseja el “ quédate en casa 
“,
¡ Adelante con las elecciones catalanas 
!
¡ Qué barbaridad ! 
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