Hay hombres que se rapan la cabeza y otros que
lucen su calvicie con normalidad, alcanzando algunos la estimación de
“sexsymbol”, trátese de cineastas, deportistas u otros personajes famosos. Pero
también están, sean o no de relieve público, los que ocultan con pelucas y
peluquines su nula o menguada cabellera, o recurren a los implantes capilares,
para dar una mejor imagen de sí mismos. Nada procede objetar respecto a unos y
otros, ya que cada cual es libre de hacer lo que le apetezca con su azotea
corporal, y las diversas opciones pueden facilitar una mayor o menor estética
personal.
Lo que no es admisible son los “ postizos
políticos “, que tratan de ocultar o disimular la doblez e insolvencia de los
que hacen uso de ellos, para erosionar y zaherir al adversario. Esto es lo que
viene ocurriendo con la operación de acoso y derribo contra la Comunidad de
Madrid y su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, perpetrada por el socialismo
sanchista, cuyo último envite ha sido el mal llamado “ dumping fiscal “ y la
manifestada intención de subir la carga impositiva a los madrileños más
acaudalados, con un nuevo impuesto sobre sus ingresos, para repartirlo entre las
restantes Comunidades.
El ariete iniciador de este despropósito ha sido
Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, para tapar su pésima gestión
económica y hacer méritos ante Pedro Sánchez. Puig, hombre educado y de
apariencia amable, lleva doble postizo: el piloso, que esconde su calvicie y no
exhibe, y el político. Referente al primero, todos los respetos. Respecto al
segundo, aunque se dice que es honrado en lo personal, nuestro rechazo. ¡ Que
espabile, arregle su casa, que mucha falta le hace, y deje de envidiar y meterse
con Madrid ! Para empezar, podría imitar la gestión de Díaz Ayuso y su política
impositiva. Para desgracia de los valencianos, no está por la
labor.
La propuesta de Puig de aumentar los impuestos a
los madrileños más ricos, que no veía con malos ojos el ministro José Luís
Escrivá, ha desencadenado una gran oposición y enfado en Madrid y otros lares.
Vista esta reacción y la polvareda levantada, María Jesús Montero, ministra de
Hacienda, se ha visto obligada a repudiar el pretendido nuevo gravamen y
desautorizar a su principal impulsor, ya que reforzaba a Díaz Ayuso y
obstaculizaba a los socialistas poder reconquistar la Comunidad madrileña y su
capital.
Hay ventoleras que se llevan por delante pelucas
y peluquines. ¡ Cuidado con ellas !
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