Pedro Castillo, nuevo Presidente de Perú, es
libre de tener su ideología marxista-leninista, indigenista,
bolivariana-populista, compartir las falsedades de la leyenda negra sobre el
descubrimiento y la colonización de los territorios que hoy conforman gran parte
de América. Prefiere ignorar la implantación, inédita en aquellas épocas, de las
políticas de diversas clases que propiciaron que el Nuevo Mundo se abriera paso
a la civilización. Los hechos, también los excesos repudiables que se cometieron
al inicio y se fueron corrigiendo, han sido reconocidos por la Historia
verdadera.
No pretendemos convencer a Castillo- sería como
querer dialogar con un cabestro- sobre lo erróneo de su forma de pensar, ni que
admita las salvajadas ( incluidos los sacrificios de niños y niñas conforme al
ritual “ capacocha “ ) cometidas por los incas
contra las diversas tribus, enfrentadas contra ellos y entre sí, cuyas prácticas
atroces fueron extirpadas paulatinamente. Ello no empece para que reconozcamos
la cultura bastante avanzada en aquellos tiempos de su imperio, concretada en
construcciones, cultivos y otros aspectos.
Por las leyes del Reino de Castilla, a la vez que
por el sentido cristiano y humanista del pensamiento español, se proscribía y
condenaba cualquier tipo de discriminación
contra los nativos por ser también hijos del mismo Dios. La culturización y el
desarrollo fueron expandiéndose y arraigando, con el paso de los años, en las
tierras descubiertas y conquistadas, fomentándose el mestizaje, levantándose
hospitales, iglesias, escuelas y universidades- la primera de América se fundó
en 1551 en Lima-. Hoy compartimos el segundo idioma más hablado en el mundo, el
español o castellano.
Lo expuesto no se opone al rechazo y a la falta
total de cortesía y a la verdad, que demostró Castillo en su toma de posesión
como Presidente, cuando arremetió contra España e injurió veladamente y ante su
presencia a nuestro Rey D. Felipe VI, quien acudió al evento ceremonial en
cumplimiento de sus obligaciones institucionales. Podría haberse ausentando del
acto al escuchar los oprobios, o repetir el “ ¿ Por qué no te callas ? “ que
espetó su padre, D. Juan Carlos , a Hugo Chávez, pero optó por la prudencia y
los modales exquisitos que le caracterizan.
Pedro Castillo es el que va a diseñar la política del país que preside y seguir la senda de Cuba, Venezuela y de otras dictaduras bolivarianas. ¡ Pobre Perú ! Los peruanos ya le ven las orejas al lobo y cercanas sus dentelladas.
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