No es serpiente de verano,
es víbora viperina,
no hay que darle la mano,
a la que pica inyecta venenosa
toxina.
Su lengua no descansa ni en el
estío,
por su obsesión constante
contra la monarquía,
queriéndola derribar en un instante.
En su loca y disparatada manía
coinciden los demás podemitas.
Sus modelos son la República Cubana,
y la chavista Bolivariana,
dictaduras evidentes sin libertad,
dispensadoras del palo y tente
tieso,
medallas de oro en miserias y carestías.
La víbora en cuestión
es ministra del Gobierno de
coalición,
se llama Ione Belarra.
¡ Anda!, vete con tus camaradas de
vacaciones,
no des más la tabarra,
los de tu nefasta formación
morada
sois reptiles de la misma camada.
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