Hermosa es la bondad,
suave y dulce palabra,
tendencia natural a hacer el bien.
Esconde, por recatada y humilde,
el proceder virtuoso de la buena gente,
que obra sin distingos de a quién.
Si la bondad no es correspondida,
es indulgente y compasiva,
sigue regalando su desinteresada fraternidad.
Disimula desdenes y burlas,
recibidos a veces por su amorosa actitud:
¡ Paradigma de excelsa virtud !
Bondad, expándete por el mundo,
con frecuencia cainita, insolidario y hostil,
que tan necesitado está de ti.
Tierno es tu nombre,
como la inocencia de un niño y el amor materno,
contágianos tu benevolencia, perdure por eterno
y destierre egoísmos y malquerencias.
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