Aguantáis chaparrones de insultos,
empujones y agresiones.
Quienes deberían apoyaros,
no siempre lo hacen;
a veces no se mojan o se abstienen.
Si os ponéis en vuestro sitio,
cumplís con lo juramentado
y hacéis prevalecer el principio de
Autoridad,
os acusan de abuso y brutalidad.
Mucha vocación se precisa,
para dedicaros a vuestro oficio:
defensores del orden y la ley.
Vuestra recompensa es la
satisfacción
del deber cumplido,
recibir las gracias por los auxilios
prestados
y el orgullo de ser Policía o Guardia
Civil.
No pedís más que respeto y
consideración;
el sueldo no contempla el peligro.
Os prestáis voluntarios para difíciles
desafíos.
Vayáis de uniforme o de paisano,
la gente de bien os admira y quiere.
¡ Buen servicio, mejor suerte y actuad con tino
!
Lo precisáis. Hay mucha gente violenta y
cerril.
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