martes, 20 de septiembre de 2022

EL FUNERAL EN WESTMINSTER

  

 
 
 
 
 
 
 
 
Depende de gustos y creencias. Pero para quien se siente cristiano, reconfortó y consideró como acto central el funeral celebrado ayer, en sufragio de Isabel II, en la Abadía de Westminster. Pese a las diferencias doctrinales y litúrgicas de la confesión anglicana y la católica, tienen el nexo común del testimonio de Cristo, dador de la vida y liberador de la muerte eterna. En tal sentido fueron las palabras dichas, las lecturas leídas y los himnos religiosos cantados, observando los numerosos e ilustres invitados un respetuoso silencio y esmerándose en mantener la postura y las formas apropiadas a la trascendental ceremonia fúnebre.
 
Queremos suponer que, además del pesar compartido, muchos de ellos pensarían o meditarían sobre la fugacidad de la vida, que nadie escapa a la muerte terrenal, con independencia del rango social que se tenga, en cómo será la despedida final que se les tribute y que tiene sentido el canto esperanzador de “ Muerte, dónde está tu victoria “.
 
El protocolo colocó en un lugar destacado y sentados de seguido, cerca del féretro, a D. Felipe VI, Doña Letizia, D. Juan Carlos I y Doña Sofía. Ojalá ese gesto de unidad familiar fuera premonitorio de la pronta vuelta definitiva de D. Juan Carlos a su casa y su país, que es España, y cesara la anormalidad arbitraria del veto gubernamental.
 
Hacemos patente nuestra complacencia y orgullo al ver a nuestro Rey, Felipe VI, cuadrándose, inclinar la cabeza y santiguarse con la señal de la Cruz ante el féretro en la capilla ardiente de Isabel II. 

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