lunes, 5 de septiembre de 2022

FALLIDO ATENTADO CONTRA CRISTINA KIRCHNER

  

 
 
 
 
 
 
 
 
Bastantes argentinos, y algunos que no lo son, tienen dudas sobre la autenticidad del atentado fallido contra Cristina Fernández de Kirchner. Sospechan que fue un montaje para aumentar su popularidad, satisfacer sus aspiraciones a ser nuevamente presidenta del Gobierno, del que ahora es vicepresidenta, y crear un ambiente a su favor de cara al juicio que tiene que afrontar por corrupción y otros delitos. Casualmente, el fiscal que formuló las acusaciones contra dicha dama, se suicidó poco después, según la versión oficial.
 
Por supuesto, procede felicitarla porque la pistola no escupiera fuego, que hubiera sido mortal por la corta distancia entre aquélla y la cabeza de la dignataria. Cuando se pretende matar a alguien con una pistola, el autor precavido se asegura previamente de que funcione bien y mete el cartucho en la recámara, para que al apretar el gatillo el resultado sea rápido, conforme a lo deseado, y no surjan imprevistos durante la ejecución y la posterior huida. Pero, aunque el cargador tenía 5 cartuchos, en el cañón no había ninguno. No vamos a repetir más detalles sobre el suceso, los interrogantes acerca del mismo y de los inexplicables fallos del personal de seguridad, por haber sido difundidos ya con profusión. Esperemos que algún día puedan saberse los entresijos de este espinoso asunto, y se despejen los recelos existentes o se confirmen.
 
Cabe también la posibilidad de que el autor del homicidio intentado sea un “ chapuza “, o fuera inducido  o manipulado. Pero, como dijo alguien: “ En Argentina todo es posible “, aunque no tiene la exclusividad. La “ mordida “, la corrupción y el populismo peronista van en el ADN de esa nación, tan rica en recursos naturales y que, por la pésima gestión y el aprovechamiento personal de los mandamases de turno, devino en la carestía y en las necesidades generalizadas. Por si faltaba algo, se están extendiendo como la pólvora el comunismo, el indigenismo y el chavismo bolivariano en Iberoamérica, que tiene también sus fedatarios aquí. “ Las armas las carga el diablo “, pero a veces hace travesuras y “ el tiro sale por la culata “. En el caso referido no ha sido así. El agresor brasileño sufrió solo algún hematoma, inferidos por los que lo redujeron.  

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