Según Eurostat, España registra el paro más
elevado de la UE. Pero nuestro Gobierno, satisfecho de su gestión, se muestra
optimista. Prescindiendo de las estadísticas y de sus interpretaciones
interesadas, solo hay que pisar la calle, hablar con la gente, pulsar la
opinión púbica y ver el declive de las pequeñas y medianas empresas ( “ se
alquila, vende o traspasa “ ), para saber cómo está el patio, percatarse de la
realidad triste del desempleo y de las expectativas pesimistas de conseguir un
trabajo, sobre todo entre la juventud, pese a los maquillajes para enmascararlo
con la figura engañosa de los trabajadores fijos-discontinuos.
Lo que ha aumentando es el empleo
público y no el prioritario del mismo, sino el
innecesario e improductivo creado por el nepotismo del Gobierno “
sanchista-comunista “. Aunque éste fuera desalojado del poder en las futuras
elecciones generales ( sería capaz de hacer cualquier cosa para que ello
no ocurra ), y le sucediera el centro y la derecha, en solitario o en coalición,
se recibiría una herencia pésima. Se necesitaría mucho tiempo para la
recuperación; los sindicatos izquierdistas, ahora tan sumisos, llamarían a las
movilizaciones y “ arderían “ las calles. Pero los máximos responsables actuales
del desaguisado y la ruina, no solo del paro y la inflación, seguirían viviendo
espléndidamente. Siempre se escudarían en la guerra de Ucrania y sus consecuencias, que las tiene, aunque los males vienen de antes de ese conflicto.
Tiempo al tiempo.
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