La pretensión del Gobierno de controlar el Consejo General del Poder Judicial para decidir, por afinidad política, sobre el nombramiento de los altos cargos judiciales de los Tribunales Superiores, la Audiencia Nacional, el Supremo y el Constitucional, empaña la credibilidad de la Justicia, a la que le hacen un flaco servicio, porque sin el reconocimiento ciudadano de su independencia el Estado de Derecho se resiente profundamente. Si, además, nombra a la presidente de la estatal R.T.V.E, para que los intervinientes en las tertulias políticas e informativos opinen e informen mayoritariamente a su favor y no se excedan en las críticas contra el Ejecutivo, no pareciéndole bastante los medios privados que ya lo hacen, recompensándoles por ello, hace gala de dos de sus muchos tics totalitarios, que pervierten y desvirtúan la democracia.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
jueves, 29 de septiembre de 2022
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