sábado, 24 de noviembre de 2012

EL BUEY Y EL ASNO EN EL BELÉN

 

En el libro " La infancia de Jesús ", el Papa Benedicto XVI ha dejado escrito que en el pesebre no habían animales; ¡ vamos !, que no estaban el buey ni el asno, y automáticamente saltó la noticia como si estuviéramos ante una sorprendente revelación o hallazgo histórico. El Papa se basa en los relatos del Evangelio, en los que no hay alusión a animal alguno en el lugar donde nació Jesús, que debió ser en un establo ya que el evangelista Lucas dice que María, después de dar a luz, " lo recostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el aposento". Belén fue la ciudad en donde se produjo el alumbramiento, según Mateo y Lucas.

Reservando las disquisiciones bíblicas a los doctos en las Sagradas Escrituras y al margen de ellas, es lógico asumir la tradición belenística de situar el buey y el burro en el establo, cerca del pesebre. El que no se recoja su presencia en los textos evangélicos, no implica que no pudieran estar en dicho lugar, ya que para tales animales y el ganado en general se levantan cuadras y establos.

Con San Francisco de Asís, en el siglo XIII arrancó lo que, con sucesivas innovaciones y aditamentos, hasta hoy perdura y seguirá, ¡ el belén !. Bien se trate de belenes " vivientes" o los mayoritariamente figurativos, son inseparables a la Navidad. La hermosa tradición ha hecho que en torno al protagonista esencial, el Niño , estén sus padres- María y José -, el buey y el asno dándole calor con su aliento. Al encuentro con el Enviado van los pastorcillos y los Reyes Magos guiados por la estrella, y un variopinto mosaico de figuras y escenas, acordes con el emotivo sentir, la desbordada imaginación y los tipismos de allí donde se representan o levantan, quedan repartidas por el exterior.

Dentro de un mes, ¡ la Navidad !. Belenes, con el buey, el borrico,...; entre los villancicos, el " Tamborilero " y la "Noche de Paz". El canto del "Adeste Fideles" llamará a adorar al Niño, ternura y emoción al besar sus piececitos. El Papa, desde Roma, anunciará a todo el mundo la conmemoración de la Buena Nueva,...se acercará al belén levantado en la plaza de San Pedro, echará un giño de complicidad al buey y al asno,...se postrará ante el Niño-Dios... Los ángeles desde el cielo pregonarán: " Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad ".

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