domingo, 25 de noviembre de 2012

ELECCIONES CATALANAS: “ ALEA IACTA EST”

 

Dentro de un rato se conocerán los resultados de las elecciones a la Generalidad de Cataluña. Mas aspira a la mayoría “excepcional”, aunque en los últimos días ha bajado el listón a la vista de los sondeos. Sería bueno para España el que no la consiguiera. Esperemos que las formaciones no secesionistas los tengan buenos o aceptables, voluntad de unión y se olviden de tejemanejes obscenos post electorales.

Mas y quienes le secundan en el órdago separatista, han dividido a la ciudadanía catalana, han provocado unas heridas difíciles de curar y  cicatrizar. De seguir el nacionalismo extremo y excluyente en el poder, las corrupciones denunciadas continuarán en el letargo, el florecer de la decencia no se verá y la impunidad estará asegurada.

A partir de mañana será la hora de retratarse y ver el posado natural de los dos principales partidos nacionales, despojados del ropaje mitinero de la campaña electoral. Ya no valdrán ambigüedades ni medias tintas, ni ampararse en la cacareada y estúpida frase, tantas veces repetida, de “ hacer legal lo que es normal en la calle”. La unidad de España es innegociable, o al menos deberían preservarla quienes rigen o aspiran a guiar su destino.

Los costaleros están cansados por el peso de las andas que sobre sus hombros recae. En las tallas que encima de ellas se levantan, hay demasiados judas, pilatos y ladrones que dicen ser buenos. El peso se acrecienta, abriéndose las carnes, cuando algunos arrojan las muletas y deciden largarse.

El Rey se está recuperando satisfactoriamente de la operación de cadera, de lo que nos alegramos. A la salida del hospital tendrá que apoyarse con muletas durante una temporada; sería ocasión para que pidiera una remesa de ellas a fin de apuntalar las andas, no se caigan y aplasten a los porteadores. Queda la alternativa de ordenar descanso, para que sean retiradas las iconografías de la bellaquería y ser reemplazadas por las de la honradez y la lealtad, que son livianas y se llevan a gusto.

“ Difícil me lo ponéis, amigo Sancho “, diría el achacoso Rey repitiendo las palabras del Caballero de la triste figura; vayamos por la senda de la Ley, añadiría. Los pacientes y leales costaleros responderían : Sí, Majestad, pero todos y sin la ley del embudo.

“Alea iacta est “- la suerte está echada –, que el sentido común haya guiado los dados.

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