La huelga general de mañana, convocada por UGT y CCOO, no es en defensa del trabajador, tiene motivación política. A los promotores, partidos y colectivos de izquierda que la respaldan, les guía un fin: erosionar al Gobierno y que se desplome cuanto antes.
Para ello, escudándose en la gravísima situación que atraviesa la Nación, en gran parte originada por el gobierno socialista anterior, el de ese Zapatero que negó la crisis y hablaba de “ brotes verdes”. A éste también se la hicieron, pero de convenida forma “light” como dijimos en su día. Con la de mañana será la segunda que le montan a Rajoy, la primera fue el 29 de Marzo cuando apenas llevaba cuatro meses gobernando; no querían darle tiempo a respirar y la verdad es que la situación se ha agravado y va de sofoco en sofoco, aunque lo disimula por eso de no alarmar ni crear desesperanza en el personal.
No somos partidarios de las huelgas, menos de las generales, y a éstas nos hemos referidos en diversas ocasiones, ya gobernando Zapatero o Rajoy ( para el interesado, ver entradas en este blog de 15-09-2010, 28-09-2010, 27-03-2012 y 29-03-2012) y no es cuestión de seguir repitiéndonos.
No obstante, si que cabe incidir en cómo se explotan miserablemente las penurias de la gente y exacerban los ánimos soliviantados por la necesidad. Nos parece una gran irresponsabilidad llamar a la huelga general y respaldarla, cuando lo que se necesita es todo lo contrario: unidad y esfuerzo, compartidos por todos los sectores de la sociedad para que la recuperación no tarde en llegar.
Solo resta desear que el miedo a la amenaza y la violencia “piquetera” no paralice a los que, en su legítimo derecho, puedan y quieran trabajar. Pedimos soluciones, ejemplaridad y austeridad a los políticos y así debe ser; pero no es de recibo que unos sindicalistas tahúres, de “saloon” del “Far West”, nos coman el “tarro” con su demagogia populista. Esa película está muy vista.
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