El sorteo de la lotería nacional se portó bien ayer. Estuvo muy repartido y como hay tantos con dificultades económicas y laborales, muchos de éstos fueron agraciados. La mayoría nos quedamos a dos velas, consolándonos con los buenos deseos de salud, que no es poco, y otro año será. A una humilde papeleta, por importe de 2,40€, que costó 3€ y acaba en 8, vendida por una cofradía, le correspondió el reintegro. Ya tenemos para un sencillo aperitivo, caña y pincho, y lo que sobre para el " bote"; no hay que ser rácano con el camarero en Navidad.
Llegó la hora de blanquear el oculto dinero negro, obtenido con ilegales marrullerías. Es la oportunidad para muchos sinvergüenzas que, a buen seguro, empezarían a movilizarse una vez cantado el " gordo ", ofreciéndose a comprar los décimos de los premios suculentos, con la oferta de pagar, en fajos de billetes, el importe del premio más un tentador porcentaje. Los profesionales en tales ardides, aparte de merodear directamente, o a través de intermediarios, por bancos, administraciones loteras y establecimientos a los que se suele acudir para festejar la suerte, por haber comprado en ellos el número, tienen sus contactos para orientarles en busca del afortunado fácil de convencer.
Por otra parte hay quienes, por prevención, guardan secreto sobre la visita que les ha hecho la diosa Fortuna, no sea que empiecen a rondarles los sableadores, los acreedores de deudas contraídas o les acechen los amigos de lo ajeno. Otros, por no ser dados a prepotentes alardes exhibicionistas, nada dicen. Alfonso Ussía, advierte: " Hablar de dinero es de mala educación, y en tiempos de crisis, una grosería", y bien sabe a quienes se refiere.
No obstante, enhorabuena a los agraciados, sobre todo a los que más necesitaban el dinerillo. Que lo disfruten con prudencia y salud. Hecho el sorteo, la vida sigue...
No hay comentarios:
Publicar un comentario