martes, 8 de enero de 2013

EL NUEVO CURSO ACABA DE EMPEZAR.

 

Tenemos todo un año por delante, ya se verá qué dan de sí los que deberían resolver los graves problemas que nos acucian. Se apela constantemente a la unidad y al esfuerzo común, a no perder la esperanza porque somos una gran nación; pero los representantes del pueblo no predican con el ejemplo. Se tiran a degüello o fingen hacerlo, su único esfuerzo es para mantener su privilegiado estatus, y los bien intencionados y honrados, que los hay, hacen de tripas corazón, sin arrojar piedras sobre su propio tejado.

No sorprende, por tanto, el desencanto con la clase política ni la desconfianza hacia la Justicia cuando los encausados, o a investigar por corrupción, anidan en las altas esferas. Son los intocables que entre ellos se lo guisan y se lo comen; sus largos tentáculos aseguran la impunidad y si, por un casual, vinieran mal dadas, estará el pactado indulto.

El común lo acepta resignadamente como una fatalidad invencible, y quienes se movilizan en la calle no se sabe qué intereses representan en ciertas ocasiones. Los rectos ideales y principios parecen esfumados, hay vacio en las almas y hambre de pan en los cuerpos.

Así terminaron los inmediatos años pasados, y ha empezado el nuevo. Nadie se atreve a repetir lo de los brotes verdes " zapateriles", que eran endurecidos callos; a lo sumo, se señalan débiles destellos de luz de candil. Muchas y costosas medidas se han adoptado en 2012 para reconducir la calamitosa situación económica, y han quedado en el tintero las prometidas, para la regeneración moral y democrática, que tan solo precisaban de una firma.

Mientras tanto, ya se sabe, los secesionistas han mostrado su peores fauces, y el Rey, al preguntarle Hermida sobre "¿ qué es lo más importante que queda por hacer?", respondió:" Por un lado empezaría diciéndote que hemos ganado la libertad y el bienestar los españoles, pero queda camino por recorrer en la igualdad de los españoles; y una cosa que falta yo creo que es la vertebración del Estado."

Pues, nada, a desterrar pesimismo y fatalidad. Que despierte el pueblo y empuje a los de arriba para que vuelva el bienestar, no se secuestre la libertad, se haga realidad lo de la igualdad y a vertebrar el Estado en la unidad nacional. El nuevo curso acaba de empezar.

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