CUMPLEAÑOS DE " A MEDIA ASTA "

 

La persona evoluciona intelectual y emocionalmente, según transcurre el tiempo, por las influencias externas, por las comunicaciones que recibe, por el aprendizaje que resulta de examinarse a sí mismo, de escrutar el entorno social y por el modo de reaccionar ante la constante comunicación que fluye. El cúmulo de circunstancias ambientales y del entorno inciden sobre el individuo, modulando paulatinamente la personalidad más allá de la carga genética.

Pero el sujeto no es un mero receptor. Emite sus particulares comunicados que influyen en el círculo que le rodea y en el más amplio- muchas veces desconocido- que los perciben, originándose una permanente interconexión entre el yo y los otros que a todos nos afecta.

Lo decisivo, en cuanto puedan o no contribuir a una sociedad y a un ser mejor, es la calidad de los mensajes externos que nos llegan y los personales que lanzamos. De ahí que los hayan destructores y constructivos, negativos y positivos, desalentadores y esperanzadores. No menos importante es el acertar a discernir entre unos y otros para saber con cuáles nos quedamos.

Esta es la personal reflexión efectuada en el tercer cumpleaños de " A media asta ", y la subsiguiente pregunta: ¿ Cuántas veces se habrá acertado y cuántas se habrá opinado erróneamente en los diversos artículos escritos ? Es difícil descubrir la verdad, hallar un punto de equilibrio; pero al menos se ha intentado.