Ha empezado el juicio por el chivatazo al dueño del bar irunés el Faisán alertándole de la inminente operación policial contra la red de extorsión de la banda terrorista ETA, por lo que estaba siendo investigado junto a otros integrantes de la misma, frustrándose por ello las detenciones previstas para el mismo día del soplo. En el banquillo de los acusados sólo se sientan dos policías que niegan su participación en el aviso; ya se verá en su momento el pronunciamiento que contenga la sentencia.
Sean o no declarados culpables, son juzgados por un hecho delictivo ocurrido durante el mandato del ex Presidente socialista Rodríguez Zapatero y la permanencia de su ministro Pérez Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior. El chivatazo se produjo, siendo impensable que unos policías con grandes servicios en la lucha contra terrorista, sean éstos u otros, actuaran de propia iniciativa sin mediar una decisión política de alto nivel.
El trabajo sucio se encargaría a los que, pudiendo llevarlo a cabo, apechugarían con las consecuencias en caso de descubrirse el pastel, pues siempre hay quien, pese a la repugnancia interna que le produzca el encargo, se puede prestar a hacerlo por un equivocado concepto de la obediencia y la lealtad; pero el caso es que ningún superior político ocupa asiento en el banquillo.
Los que conocen los intríngulis de lo que acaeció, que deben ser bastantes y de distintas ocupaciones, tienen las bocas cerradas por diferentes motivos. No sería de extrañar que todo quedara en agua de borrajas. En cualquier caso, con o sin condena, la incógnita de la "X" seguirá sin despejarse por mucho que se presuma el que, por pura lógica, se esconde detrás de ella; a no ser que algún día a alguien, con conocimiento de causa, le de por hablar o escribir verazmente. Si esto se produjera, quedarían al descubierto la "X" mayúscula y las minúsculas en cascada; al menos para la historia.
Acertada visión. Veremos como termina. Comparto el parecer respecto a la posibilidad de que quede en poco o nada. En caso contrario, veremos qué cartas tienen guardadas.
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